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Aunque podamos tener algún software TAO favorito con el que nos guste trabajar al recibir algún proyecto no procesado con anterioridad, es difícil estar en el mercado de la traducción sin trabajar con cualquier vertiente de los dos grandes auto-absorbidos: SDL Trados; es decir el nuevo Studio, TagEditor o SDLX.

Y lo mismo pasa con los gestores terminológicos. Muchos conoceréis xBench (al que más adelante dedicaré una entrada), que realmente es una maravilla a la hora de convertir glosarios a partir de cualquier tipo de archivo, y tener una referencia inmediata a golpe de short-cut. No obstante no solo de freeware vive el hombre y con clientes que usen Trados, al final vamos a necesitar contar con Multiterm y conocer un poco la manera de trabajar con él.

El otro día hablaba con mi compañero Enrique de Calle Rosetta sobre cómo importar glosarios en XML o TBX con Multiterm para que después Workbench y TagEditor reconozcan los términos a tiempo real. En realidad es una importación sencilla que se hace desde la vista de Catálogo; pero de ahí se nos ocurrió: ¿y cómo hacerlo a partir de un Excel, que es sin duda la manera más habitual con la que los clientes mandan glosarios?

Entonces no tenía ni idea, pero como todo es ponerse a investigar en el momento que se necesita, he dado con este vínculo en el que un traductor griego lo explica paso a paso a base de pantallazos.

Los traductores somos gente inquieta. Por lo general (los que me conocen ya saben lo mucho que me gusta generalizar), intentamos estar al día de los asuntos que se mueven a nuestro alrededor. El crecimiento, por ejemplo, de la comunidad blogera del gremio o de publicaciones online con la traducción como tema principal, dan buena fe de ello. Pero no solamente de comidilla gratuita vive el traductor: congresos, conferencias, cursos online, libros específicos de la materia, recursos lexicográficos o nuevos programas TAO y sus respectivos exámenes de nivel de experiencia, han ido surgiendo como setas y en la actualidad tenemos un gran abanico de posibilidades en las que invertir nuestras ganancias. Cada vez la oferta es mayor y eso es porque los traductores creamos un mercado que funciona; es decir, se crean productos a nuestra medida y respondemos positivamente a ellos.

Por lo general (de nuevo) no nos quedamos atrás en lo tecnológico y además, el estar gran parte de nuestro día en internet no es solo una obligación, sino que también lo disfrutamos. Incluso fuera de nuestro ámbito, el capitalismo actual en el que nos vemos inmersos, primero nos crea el producto y luego las necesidades (cuando lo natural debería ser la creación de un producto a partir de la necesidad del consumidor). Por eso no hay que engañarse: necesitar, lo que se dice necesitar un iPad (u otro dispositivo similar, no os creáis que quiero hacer publicidad gratuita a Jobs y su emporio; de hecho intentaría utilizar un término genérico, pero eso de tableta me sigue rechinando en los oídos) pocos pueden afirmarlo, pero bien es cierto que es una herramienta quepuede llegar a ser sumamente útil si sabemos darle usos para mejorar nuestra productividad, comodidad y eficiencia.

Por eso, tras varios meses utilizando a diario mi iPad, os doy una lista de excusas para que os auto-convenzáis (si ya le estabais dando vueltas al asunto) de que un iPad puede ser un buen compañero de trabajo y ocio, o bien para que tengáis respuestas rápidas coherentes para el listillo de turno cuando os comente: «para qué quieres eso, si es lo mismo que un iPhone pero que no cabe en el bolsillo» y cosas de esas.

- Separar el uso de internet para el trabajo y de internet de ocio. Navegar por internet con el iPad, una vez que le pillas el truquillo, es sencillo e intuitivo. Para mí, dos de los grandes retos que se me plantearon cuando empecé a trabajar desde casa fueron:

    * evitar que el uso de internet para ocio se interpusiera en mi productividad y en mis horarios de trabajo; y * conseguir separarme de la pantalla del ordenador y de mi zona de trabajo una vez que ya había acabado mis menesteres.

    Con el iPad he logrado todo esto. Intento que mi espacio de trabajo sea para trabajar y para todo todos lo demás, uso el iPad. Y puedo leer el periódico mientras desayuno o en el sofá mientras paso un poco de "quality time" con mi chica o con Charli.

    Bien es cierto que Apple y su modelo negocio no deja de ser cuanto menos odioso, a mi entender, en varios aspectos. El hecho de que por rivalismo empresarial con Adobe hayan decidido no incluir tecnología Flash es molesto y un motivo de peso para decidirse por cualquier otra marca. Y bastante irrititante lo de siempre tener que pasar por iTunes para actualizar contenidos (además de ser el motivo por el que nunca me compré un iPod). Eso sí, con Dropbox puedes transferir archivos de trabajo como doc o pdf de una forma mucho más cómoda.

    - Leer libros y revistas. ¿Cuántos archivos pdf o similares tenéis por ahí guardados con contenidos interesantes que os encantaría leer y que no lo hacéis por no estar otras tantas horas delante del PC? En mi caso eran muchos y la gran mayoría relacionados con la traducción. Desde libros electrónicos que me había comprado, hasta tantas otras publicaciones de interés comopuntoycoma, Multilingual o La Linterna del Traductor de Asetrad. Actualización: como me han comentado en privado, sí que es cierto que la pantalla del iPad brilla bastante y tras un buen rato puede cansar a la vista. ¿La solución? Poner un filtro protector a la pantalla anti-reflejos, lo que te permite que dañe menos a los ojos y poder sacarlo a la terracita incluso en un día de sol. Además bajar o subir el brillo según las circunstancias es una opción muy inteligente y, de esa manera, también puedes darle juego a la increíble vida de batería, que puede llegar a las 9-10 horas.

    - Leer blogs con el Reader. Lo mismo pasa con los blogs. Puedes leerlos a diario, por ejemplo, en descansos que hagas entre proyectos desde el ordenador, pero si los pasas relajándote esos 20 minutitos en la terraza con un refrigerio en mano, tus descansos blogeros te sabrán mucho mejor.

    - Una segunda pantalla para el trabajo. Aunque está claro que una segunda pantalla (o una única más grande) es mejor opción, además de ser mucho más económico, utilizar la pantalla del iPad para seguir el típico pdf del texto origen y así conocer el formato, es para mí todo un clásico, especialmente cuando no me encuentro en mi zona de trabajo principal con mi pantallón, como es en el caso de la anterior de la foto con Charli.

    - Herramienta de producción. Gracias a los consejos de Think Wasabi y a ciertas aplicaciones que recomienda, he ido descubriendo nuevas maneras de implementar el iPad como una herramienta más de mi trabajo diario. Dropbox funciona a la perfección y, si ya has empezado a descubrir lo útil que puede llegar a ser Evernote, el iPad será clave para recopilar y ordenar nuevos datos.

    - Por último, una razón más general, si se baraja la opción de Apple, es que se ha lanzado hace poco la segunda generación de iPads, que mejoran bastante la anterior y al mismo precio que la primera. Y si necesitáis disminuir un poco el precio, la primera generación (que a mí ya me parece una maravilla; con sus pros y contras, claro está) se ha rebajado y si además pides a un coleguita que vaya a estar en EE.UU. que te pille uno, le puedes quitar otros cuantos euros de encima.

    Y ya de paso aprovecho para presentaros la mascota de mi "Bluebird Translations".

     

    Entrada originalmente publicada en el Calco.

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