Pilates para traductores

Written by josecarlos

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Hace ya unos meses que empecé a tener molestias en la espalda; siempre he tenido ligeras dolencias que venían por épocas de mucho trabajo y se iban ellas solas o con la ayuda de algún que otro masaje. Pero esta vez era diferente: no era un dolor muy fuerte pero venía de una zona muy concreta, pasaban los días y seguía ahí. La verdad que desde que empecé a trabajar desde casa en Ámsterdam sí que invertí en un workspace en condiciones, con su buena silla, mesa, reposapiés y pantalla externa de 24", pero como no paro de aprovechar la movilidad del freelancer, cuando trabajo desde Madrid, Burgos o Lanzarote, no he tenido (ni tengo todavía) las mismas condiciones de trabajo. Y me da que la postura de trabajo es el origen de estas molestias, que espero que no se vuelvan crónicas. En cuanto vi que el asunto tenía pinta de algo que podía ir a peor, llamé a un amigo fisioterapeuta-osteópata (muy bueno en lo suyo; una opinión muy generalizada para los que le conocen profesionalmente) que me comentó que lo que tenía me lo podía aliviar considerablemente en una o dos sesiones de dolor intenso y crujidos a porrillo, cosa que acepté de inmediato, pero me avisó de que la gente de nuestro gremio -al igual que tantos otros oficios sedentarios-, o hacemos algo para evitarlo o vamos a tener dolores de espalda constantemente.

Un masaje terapéutico de vez en cuando nos los puede aliviar y un masaje tisular profundo, como los suyos, nos los puede curar temporalmente a base de unas sesiones de sufrimiento, pero si no hacemos nada para evitarlo en el futuro, volveremos a la misma. Seguramente a ostéopatas como los que hay por Ámsterdam de 100€/hora no te lo dicen muy claramente pensando en que no les viene mal mantener cierta clientela habitual, pero mi amigo fue tajante: si no quieres volver a sufrir en mi consulta (la única vez que me lo ha tratado fueron 2 horas de trabajo manual que me dejaron la espalda totalmente morada), tienes que hacer algo para ejercitar esa musculatura interna.

¿La solución? Bueno, ya sabemos que el ejercicio diario, una dieta equilibrada, vigilar nuestra posición de trabajo e intentar trabajar sin tensión ni estrés nos va a ayudar a prevenir estos dolores, pero esa famosa musculatura interna que me decía mi amigo no se ejercita con ejercicios normales de gimnasio, jugando al fútbol o corriendo unos kilómetros de vez en cuando... ¿entonces? Mi amigo osteópata lo tiene muy claro, para traductores como nosotros, el Pilates es la respuesta.

Desde que me lo comentó he estado interesándome por este método de entrenamiento físico y en poco tiempo ya estoy empezando a notar los resultados, no solamente físicos, que son obvios, sino también anímicos, seguramente por eso del mens sana e corpore sano.

El Pilates es un sistema de ejercicios creado por Joseph Pilates, un alemán que vivió gran parte de su vida en Estados Unidos, país donde desarrolló a principios del siglo XX toda la teoría y práctica del método. Los ejercicios suelen dividirse en los que se realizan en el suelo sobre una esterilla (Mat-Pilates) y los que se hacen con la ayuda de equipamiento específico (Apparatus-Pilates). Personalmente me gusta más la que se hace con máquinas porque se corrigen más fácilmente los movimientos, sobre todo cuando uno es principiante.

Los ejercicios del método Pilates tienen en común la necesidad fundamental de que el alumno esté concentrándose en todos los movimientos mientras se realizan y el control de la respiración a la vez que se nivela constantemente la "powerhouse", es decir, la zona interna abdominal y lumbar (más específicamente el músculo transverso del abdomen), que es precisamente esa musculatura interna que con desarrollarla un poco nos ahorraremos las facturas de traumatólogos, fisioterapeutas o quiroprácticos. Todos los ejercicios se tienen que hacer con todos los músculos relajados excepto los de esa zona, que se tienen que notar constantemente en tensión.

Por lo que si estáis buscando una nueva manera de hacer ese ejercicio tan necesario que nos pide nuestro cuerpo, os recomiendo que lo probéis; yo, en pocas semanas, ya empecé a notar sus efectos y tengo pensado seguir con ello. Eso sí, lo mejor es que sean clases privadas o semiprivadas con un instructor calificado en el método para que esté detrás de todos tus movimientos; supone un pellizquito mayor que los pilates de suelo masificados en los gimnasios, pero sin duda merece la pena para así iniciarse el método con el mejor pie. Y más adelante, cuando ya se controlen los principios básicos del pilates, hasta se puede practicar en el suelo de casa con YouTube en la pantalla.

Last modified on Jueves 08 de Diciembre de 2011 22:52
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